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El todopoderoso rugido del volcán. Isla de La Palma

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En esta histórica semana para mi querida isla de La Palma, he vivido una de las experiencias más intensas e inolvidables de mi vida. Es imposible no quedarse absolutamente petrificado e hipnotizado antes la sobrecogedora visión del insaciable rugir de un volcán activo. No tengo palabras para describir que se puede llegar a sentir frente a un coloso que no para de evolucionar, transformarse y expulsar lava a borbotones cual río enfurecido de humo y fuego. Han sido cuatro días visitando el volcán viendo como cada día cambiaba el paisaje y la fisonomía del mismo. Un solo cono, varios, emisión explosiva de lava unos días, ríos de magma líquida otros…cambios que hacen de cada visita una experiencia totalmente nueva. Esos cambios en el comportamiento del cráter también suponen que los puntos desde donde se puede divisar el volcán se vayan modificando, con lo que se debe ir buscando el lugar idóneo para la observación sin que suponga un riesgo, ni personal, ni para las fuerzas de seguridad, bomberos, médicos etc. que vigilan de forma continua la erupción y sus consecuencias en la población.
Y siendo todo lo anterior absolutamente impresionante, queda empequeñecido ante la emoción por la avalancha de solidaridad que hemos vivido en estos días de sentimientos a flor de piel, de esfuerzos conjuntos, de impotencia ante lo inexorable y de tristeza compartida, pero también de solidaridad a raudales, de empatía intergeneracional y de amor en letras mayúsculas por el prójimo que sufre.

Desde aquí mi sincero y profundo agradecimiento a todos los que han apoyado a la isla bonita en estos difíciles momentos.