Gorilas en la niebla. Uganda
Es un hecho consumado que cuanto más nos cuesta conseguir algo mayor es la recompensa si se alcanza. Algo de esto tiene el estado de felicidad y éxtasis al que se llega cuando se divisa por primera vez, bajo una espesa niebla en los bosques de Uganda, un gorila de montaña. Llegar a la reserva natural de Bwindi, en la cordillera montañosa que divide políticamente Uganda de Ruanda y el Congo, sigue teniendo mucho de aventura y mucho de paciencia.. la carretera desde la capital Kampala hasta Kisoro, en el límite del parque nacional, está repleta de hoyos, baches, largos tramos sin asfalto, camiones, inamovibles luces largas, polvo y cientos de bicicletas cargadas de recipientes amarillos para el agua de la vida.. un auténtico desafío para un hijo adoptado del carnet por puntos… Este trayecto, sufrido, y arriesgado, es el primer paso obligado y costoso para llegar al remoto bosque impenetrable de Bwindi.
Una vez en Kisoro, a primera hora de la mañana, partimos en busca del último refugio del gorila de montaña. Durante la travesía estaremos en todo momento acompañados de los guardias y protectores del parque, si bien tendremos los bolsillos un poco más vacíos por el previo pago de 500 dolares, canon desmedido justificado como ayuda para el desarrollo de los cercanos pobladores de las montañas, los míticos pigmeos. Tras horas de ardua caminata por el húmedo, tupido y caluroso bosque, descubrimos lo que al principio parecen ser difuminadas sombras, las cuales, según nos acercamos, se van convirtiendo en figuras casi humanas, son gorilas de montaña que se recrean, indiferentes a nuestra presencia, en sus cotidianas tareas que tan impactantes y gratificantes resultan a nuestros ojos…que emocionante resulta ver a un macho de dorso plateado liderando y protegiendo a su grupo, a los jóvenes gorilas intimidar y pavonear con sus golpes en el pecho y sus exhibiciones de agilidad y fuerza o un bebe gorila, siempre bajo los ojos protectores de su madre, descubriendo un nuevo mundo lleno de retos, ilusiones y descubrimientos. Este mundo, salvaje aunque acotado, del que disfrutan los gorilas no hubiera sido posible sin el esfuerzo de conservacionistas como la doctora Dian Fossey quien descubrió al mundo a unos animales fascinantes y únicos, los increíbles gorilas de montaña. Desde aquí mi humilde tributo a quien como ella, luchan sin descanso por mantener y proteger las bellezas y maravillas de este mundo para las generaciones venideras, permitiéndonos disfrutar a los viajeros soñadores, aunque sea brevemente, de lo que significa convivir con los espléndidos gorilas en la niebla..y yo, estuve allí.