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La sonrisa de un pueblo. Asia Central

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Reconozco que antes de viajar a Asia Central tenía cierto temor a que podía encontrarme en estos países tan desconocidos y remotos. En un mundo tan incierto como en el que estamos, visitar estos países cercanos a Afganistán, con escaramuzas bélicas puntuales entre vecinos y con la supuesta presencia de musulmanes radicales ciertamente me provocaba cierta desazón, aunque algunas experiencias previas me aconsejaban esperar para emitir un juicio. Y como otras veces, acerté al no dejarme llevar por ideas preconcebidas y prejuicios interiorizados a miles de kilómetros de distancia.

Dentro de los países visitados, ha sido Kirguistán el destino más especial para mí, al ser probablemente el país del mundo donde me he sentido mejor acogido y con más cariño y generosidad me han tratado. El pueblo Kirguiso nos ha demostrado un interés sincero en conocernos, con una generosidad  altruista que les han llevado a invitarnos varias veces a comer como visitantes especiales, dándonos el mejor sitio de la mesa y lo mejor de sus humildes pero sabrosas comidas. Viniendo de dónde venimos, esta generosidad impacta, sorprende y enamora.

Este pueblo me ha llegado al corazón. Ojalá no pierdan en el futuro esta inocencia y generosidad, y que Kirguistán siga siendo por muchos años un país acogedor y mágico.

Recomendaciones

- La interacción con los Kirguisos es extremadamente fácil, son amables y curiosos. Merece la pena compartir momentos con ellos descubriendo su cultura y tradiciones. El mejor idioma para comunicarse con ellos el ruso, si bien, se encuentran numerosas personas que hablan inglés.