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Un paraiso lejano. Isla de Pascua

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La Isla de Pascua, perteneciente a Chile, es una de las islas más remotas del mundo. Se encuentra situada en medio del pacífico, a unos cuatro mil kilómetros de la costa de Sudamérica y a la misma distancia aproximadamente de Tahiti. Una isla absolutamente abandonada a su suerte que, se cree, fue conquistada hace unos doce siglos por habitantes polinesios quienes estuvieron casi mil años sin recibir ninguna visita ni influencia externa. Este aislamiento, pasado y presente, es uno de los motivos que hacen de Pascua un destino tan especial.
La isla no tiene más de 24 km de largo y, pese a ciertas carreteras en mal estado, puede ser fácilmente visitable en un día. Pero no vamos a querer hacerlo…estamos en una destino que rezuma tranquilidad y paz, nos sorprende con un mar salvaje, una población amabilísima, impresionantes amaneceres y coloridos atardeceres. Un remanso de paz en medio de la nada que engancha. La isla de Pascua es uno de esos sitios donde uno inevitablemente piensa que podría vivir el resto de su vida vendiendo pulseritas…y aunque finalmente no nos quedemos, nadie podrá borrarnos la sonrisa al recordar nuestra estancia en este destino de leyenda.

Recomendaciones

  • Para alojarse recomiendo las Cabañas Cristophe. Fantástico lugar, con excelente relación calidad-precio. Absolutamente recomendable
  • Casi todos los viajeros llevan comida y bebida desde Chile. Esta es muy buena opción, si bien los precios de los productos chilenos en general no son más de un 25% más caros en la isla que en el continente
  • Alquilar un coche es fundamental para disfrutar por nuestra cuenta y a nuestro ritmo de la energía y belleza de la isla. Las carreteras no están mal y con apenas 6.000 habitantes en la isla disfrutaremos conduciendo por las solitarias carreteras de la isla