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Y Abed cantó canciones de amor. Petra. Jordania

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En Jordania se encuentra uno de los enclaves arquitectónicos más importantes del mundo. Se trata de la capital del antiguo reino Nabateo, una ciudad excavada y exculpida en la piedra. Su nombre nos evoca el desierto y la aventura, arquitectura y misterio. Estamos ante una de las siete maravillas del mundo moderno. Nos encontramos en la mil veces nombrada y soñada ciudad de Petra.

Lo primero que nos sorprende al llegar a Petra, es su entrada. El acceso al yacimiento arquitectónico es realmente espectacular. El Siq, su entrada principal, es un angosto desfiladero de casi doscientos metros de altura y que en determinados tramos reduce su anchura a escasos dos metros. Con casi un kilómetro y medio de largo, realizaremos una caminata de aproximadamente quince minutos hasta que, ante nuestra emocionada mirada, se dibuje el templo más representativo y conocido del recinto, el famoso “Tesoro” de Petra, que a buen seguro nos dejará estupefactos por su belleza y sus dimensiones.

Pero este templo no es más que el primero de los muchos que encontraremos a lo largo de todo el yacimiento arqueológico. En todo caso, para nosotros, la visita a Petra alcanzó su culmen al final de la misma, cuando tras siete horas de caminata, incluyendo dos exigentes subidas, y estando ante el imponente yacimiento llamado el “Monasterio”, nos acercamos a una pequeña tienda asentada en lo alto de la más altas de las montañas del lugar. Allí esperaba Abed.

Abed, el solitario vendedor de souvenir, nos invitó amablemente a disfrutar de un tradicional té con menta. Agradecidos, nos protegimos del insistente sol en su tienda, y comenzamos una agradable conversación que derivó en nuestra común afición por la música. En ese momento, Abed nos propuso tocarnos una canción en su laúd, lo cual aceptamos sin demasiada confianza en las cualidades musicales del humilde vendedor de Souvenirs.

Y Abed tocó. Y Abed cantó. Y su suave pero desgarrador grito de amor nos desnudó como nunca antes ninguna canción lo había hecho. Y con sus canciones sufrimos con él. Y nos emocionamos con su amor, compartiendo sus miedos y sus anhelos.  Y ya nunca nuestra visita a Petra sería la misma. El resto del día ya no hablamos de tumbas o de arquitectura, de arqueología o de desierto. Todo en Petra era una eterna melodía de amor y nostalgia,  sueños y música, solidaridad y amistad.

De nuevo las personas marcan mis viajes. Las personas que nos sorprenden y nos siguen enseñando y recordando lo que realmente es importante. Abed no sólo nos regaló canciones eternas, sino que también nos hizo vivir un momento mágico e imborrable. Abed, de nuevo, gracias por darnos una nueva lección de sabiduría y vida.

RECOMENDACIONES

- El yacimiento es extenso, una vez visitado el edificio de el “Tesoro” todavía nos quedarán cerca de cincuenta emplazamientos que visitar. Una visita normal puede llevarnos hasta ocho horas por lo que es recomendable protegerse del sol y del calor adecuadamente.
- El hotel “Petra Palace Hotel” es un sitio idóneo para quedarse, por su excelente relación calida/precio y por estar a escasos cinco minutos a pie de la entrada del yacimiento
- Dentro del yacimiento podemos encontrar numerosos quioscos y restaurantes donde podremos encontrar todo lo que podamos necesitar.