Incursión en la zona de Exclusión. Chernobyl. Ucrania
La zona de exclusión, también llamada zona de la muerte o de la alienación, es el perímetro de seguridad de treinta kilómetros que se estableció tras el accidente nuclear más grave de la historia, el de Chernobyl.
Actualmente la zona sigue siendo una zona prohibida en la que sólo residen eventualmente y trabajan los “liquidadores”, encargados de la limpieza radiactiva tras el accidente, así como las fuerzas de seguridad encargadas de proteger el emplazamiento.
Desde hace unos años, con los debidos permisos, están permitidas las visitas privadas a la zona de exclusión. Estas visitas se realizan con un miembro del comité nuclear ucraniano, quien a lo largo del recorrido que nos lleva a la ciudades de Chernobyl y Pripiat y a escasos cien metros del reactor número cuatro del complejo nuclear donde se produjo el accidente, nos explicará detenidamente tanto lo que sucedió el fatídico 26 de Abril de 1986, como las medidas adoptadas en los días siguientes y las secuelas del accidente en la zona y en sus habitantes. Sin duda, una visita sobrecogedora e impresionante.
A nivel personal, la posible visita a Chernobyl me generaba algunas dudas, en cuanto al porqué visitar una zona donde tanta gente ha sufrido y que además es todavía potencialmente peligrosa. En mi caso, tenía clara la respuesta. Sentía una atracción increíble por visitar y fotografiar la cercana ciudad de Pripiat, abandonada a las veinticuatro horas del accidente al estar a escasos quinientos metros del reactor número cuatro de la central. La explosión y la posterior evacuación dejó una ciudad anclada, petrificada, paralizada en el año 1986 en la extinta Unión Soviética. Una ciudad fantasma cargada de simbolismo que no deja indiferente. Las sensaciones se suceden al visitar sus calles, sus colegios, plazas y teatros abandonados de un día para otro. Una sensación extraña y de desasosiego nos inunda . Es como un cuerpo sin alma que luce tras lo que parece el excelente trabajo de un taxidermista de ciudades.
Yo tenía claro que para mí la principal motivación para visitar Chernobyl era visitar Pripiat, pero me preguntaban que otras motivaciones tiene la gente que visita la zona de exclusión, así que le pregunté a nuestra guía. La respuesta fue sorprendente. Según nos contaron, muchos de los visitantes que acuden a la zona de exclusión son admiradores de la saga de juegos Call of Duty, que tiene esta zona como uno de sus escenarios. Desde luego no podía salir de mi asombro. Pero también existen otras motivaciones, y la de nuestra propia guía Tania me pareció sorprendente e inesperada.
Tania es una joven empresaria ucraniana que organiza visitas a Chernobyl. Ella nos contó que la ciudad de Pripiat, en los años 80, era una ciudad diferente al resto de la Unión Soviética. Los mejores ingenieros nucleares estaban allí, así que desde el gobierno se esmeraron en que esta ciudad tuviera las mejores escuelas, profesores, teatros, así como abundantes mercancías y víveres en los supermercados..un oasis en el régimen comunista que desde las otras ciudades vivían con perplejidad y envidia. Nadie más vivía como ellos en el país. Y de pronto, de un día a otro, sin avisar, todo, todo, desaparece. La ciudad es abandonada. Los privilegios desaparecen. Las diferencias ya no existen, nada es eterno. Y a Tania, que vivió de cerca todo esto, le gusta volver a la ciudad fantasma, y volver a recordar que todo es efímero, que el materialismo y las desigualdades, a veces, desaparecen de un plumazo..y esto en cierta forma le reconforta..pero también le recuerda la lección de que todo puede cambiar de un día a otro, y esto le obliga a disfrutar del momento y vivir la vida con intensidad. Una bella lección. Sólo por esto, merece la pena ir y aprender de la mayor catástrofe nuclear de la historia. El accidente de Chernobyl
RECOMENDACIONES
- Hay diversas agencias que organizan las visitas a la zona de exclusión desde Kiev. El precio aproximado del viaje es de unos 150 dólares.
- Es importante realizar las gestiones con tiempo, puesto que las agencias necesitan unos diez días hábiles para tramitar todos los permisos.
- Las medidas de seguridad dentro del complejo son numerosas y estrictas, por lo que se sugiere seguir las recomendaciones de los guías a rajatabla.