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El ritual de los saltadores de toros. Etiopía

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En el Valle del Omo, en el sur de Etiopía, son varias las tribus que realizan este centenario ritual de confirmación del paso de niños a adultos de los hombres. Este es uno de los días más importantes de los jóvenes de la tribu y de sus allegados, puesto que si lo superan con éxito podrán empezar a formar su propia familia mientras que si fracasan, provocarán la vergüenza de sus seres más cercanos mientras ellos caen en un total ostracismo, sin posibilidad de tener mujer ni hijos en la tribu.

 

La suerte y unos excelentes guías ha hecho que hayamos podido asistir a una de estas ceremonias en un remoto pueblo a una hora de Turmi. Tras un duro y exigente camino donde vadeamos hasta tres ríos, llegamos a la remota aldea de los Hamar donde tendrá lugar la celebración.

 

El ritual consta de distintos pasos. El primero de ellos ocurre a la fueras del poblado, y es el baile de las mujeres familia del saltador mientras los hombres se pintan su cara y el cuerpo. Se pintan los Maza, amigos del saltador que recientemente pasaron el ritual, pero todavía no se han casado. Mientras esto sucede, los Maza golpean con una varilla a las mujeres familia del que salta, que desean ser pegadas cuantas más fuerte mejor en señal de amor hacia el saltador. Estos golpes se repetirán a lo largo de todo el ritual. Es sangriento y difícil de asimilar para nuestros ojos occidentales.

 

Posteriormente, y tras caminar a la aldea, se pasa a la ceremonia del café, donde la madre del saltador le da café a él y se sirven café después al resto de invitados

 

En el siguiente paso del ritual se bendice con canciones de los más cercanos al saltador y se liberan unos toros que se guían hasta la zona de salto.

 

Por último, en un espectáculo que recuerda un poco a Rapa das Bestas, los Maza cogen y alinean a los toros y los colocan en línea. Por fin, el saltador coincidiendo con el último rayo de sol camina sobre los seis toros hasta cuatro veces, demostrando así que ya es un hombre maduro y adulto. Si es exitoso como fue en nuestro caso, todos los hombres se agrupan en torno a él y le bendicen, mientras poco a poco se acercan a las mujeres que cantan y bailan en señal de alegría por el éxito del saltador.

 

Una experiencia intensísima, a veces difícil de entender e imposible de asimilar, pero cargada de verdad, autenticidad y emoción. Una experiencia fascinante y un privilegio único en la vida el poder asistir al momento decisivo de los jóvenes Hamar.

 

Recomendaciones

 

  • La ceremonia no se planifica hasta una semana antes, por lo que se necesita ir con un guía local que conozca su celebración y sea invitado. Recomiendo a Degu Ashenafi Tour.
  • Al menos tres tribus distintas del Valle del Omo celebran este ritual, cada una de ellas con pequeñas modificaciones en el ritual.
  • Turmi es la localidad del Valle desde donde es más fácil planificar la visita a esta ceremonia.