Un reino soñado. Bután
Y por fin, tras años soñándolo, llegué al Reino de Bután. Incrustado en la cordillera del Himalaya, este país conserva sus ancestrales costumbres y su espiritualidad, gracias, entre otras cosas, a las restricciones al turismo existentes, al existir una elevada tasa a pagar por parte de los turistas por cada día que se visite este pequeño reino.
Budismo, monjes, cordillera del Himalaya, trajes tradicionales, templo del Nido del Tigre y el vuelo más espectacular del planeta disfrutando de las mejores vistas posibles del Everest... todo esto, y mucho más, es Bután.
Y entre todas estas maravillas, quizás destacar dos momentos inolvidables. El primero, asistir a un festival en un remoto monasterio del pequeño pueblo de Chucka, una celebración repleta de color, simbolismo y fe. Una experiencia intensa y muy divertida. El segundo, alimentar nuestra espiritualidad meditando en una de las pequeñas capillas del templo del Nido del Tigre, rodeado de monjes rezando en la penumbra, mientras nos sentíamos las personas más afortunadas de la tierra.
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