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A tres metros sobre el nivel del mar. Kiribati

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El que dicen puede ser el primer país del mundo en desaparecer por el cambio climático es un conjunto de islas cuyo punto más alto se sitúa a tres metros sobre el mar. La belleza de la laguna de agua salada de tonos azules y verdes salteadas de bancos de arena blanca que son el corazón del país, al estar situado entre las dos islas principales de Tarawa, es déficit de describir. En este idílico paisaje los amaneceres y atardeceres son inolvidables, al reflejarse sobre la laguna la variada gama de tonos anaranjados y rojos propios del nacimiento y ocaso del día.

Los locales son de los pocos pueblos del mundo que mantienen su estilo de vida casi inalterado desde hace cientos de años, viviendo en comunidad sobre sus casas tradicionales (Buyas) y teniendo la risa como una de sus principales formas de comunicación.

Este idílico lugar tiene su “cara b” en el sur de Tarawa, en Beitio, donde la sobre población, la suciedad y el olor son difíciles de gestionar…es realmente sorprendente la diferencia entre estas dos partes del país apenas separadas por media hora en barco.

Kiribati, en el siglo XXI, mantiene la esencia y la forma de vida de hace siglos, y es esta singularidad la que sin duda la hace un destino indispensable para los viajeros que buscan los destinos más especiales del planeta.


 Recomendaciones

  • Evitar, salvo para ver en una visita rápida los restos de la Segunda Guerra Mundial, Beitio, en Tarawa Sur.
  • Cuánto más al norte de Tarawa Norte más auténtico. Muy recomendable al norte de la isla Tarabuka Hideway.
  • Al sur de la isla norte es recomendable Tabon te keeke. Eco lodge muy sencillo pero agradable.