Unos saltos inolvidables. Vanuatu
En Oceanía, en el estado de Vanuatu, se encuentra Pentecostés, una remota y casi inaccesible isla donde cada año entre abril y junio tiene lugar una de las tradiciones más singulares y fascinantes del mundo: los saltos de los locales a modo de ancestral puenting desde las torres de madera de más de veinte metros que ellos mismos construyen.
Originalmente concebido como una ceremonia de iniciación para el paso de niño a adulto, este fascinante ritual dio el salto a la fama en todo el mundo con el documental realizado por la BBC en los años 70, conjuntamente con la visita que realizó en 1972 la reina Isabel de Inglaterra. Desde entonces privilegiados de todo el mundo han acudido a ver esta increíble práctica que se sigue celebrando todos los años en Pangi, al sur de la isla de Pentecostés.
Esta isla mantiene la inocencia y la virginidad de ser un territorio apenas explorado, con muy escasos turistas y sin apenas infraestructuras, apenas unos guesthouse sin luz, agua corriente o comodidades. Esto de sobra se compensa por la belleza del paisaje virgen, las cristalinas aguas y la extrema alegría sobre todo de los niños de la isla, encantadores y curiosos a partes iguales, que transmiten una felicidad e inocencia no alterada todavía por la dañina influencia de teléfonos, televisión o redes sociales.
Vanuatu es un país con más de ochenta islas y unos cuatrocientos mil habitantes, un país feliz pese a que cada año sufre los rigores de los ciclones que destrozan los esfuerzos de la población por mejorar sus infraestructuras. Una guerra casi perdida por la frecuencia y recurrencia de estos dañinos sucesos naturales.
Viajar a Vanuatu definitivamente merece la pena. Un país puro y auténtico que ojalá mantenga su felicidad e inocencia por muchísimos años.
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